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En ocasiones, necesitamos tener varios entornos de trabajo distintos, con distintas versiones del intérprete, distintas librerías, etc.
Una de las soluciones más comunes es usar varios ordenadores o varias máquinas virtuales, cada una con una instalación diferente.
Pero Python nos provee de una herramienta simple y útil para facilitarnos ese trabajo, sin necesidad de recurrir a soluciones más complicadas. Esta herramienta es «virtualenv».
virtualenv es un programa que permite crear entornos virtuales de Python. Un entorno virtual consta de un intérprete (podemos elegir la versión concreta) acompañado de todos los módulos que necesitemos instalar. Se pueden tener varios entornos distintos, instalando en cada uno los módulos que necesitemos, sin que unos entornos afecten a los otros.
Vamos a verlo de forma práctica.
Para empezar, necesitamos instalar la propia aplicación virtualenv. Esto se puede hacer desde el gestor de paquetes de tu distribución (apt-get, emerge, yum, pacman…) o, de manera más general, con pip (en cualquier caso, hacen falta permisos de superusuario):
pip install virtualenv
Tras esto, ya tendremos el programa instalado y podemos comenzar a usarlo.
En Python 3 nos podemos ahorrar el paso de la instalación, porque ya viene por defecto.
virtualenv guarda cada entorno virtual en un directorio con el nombre de ese entorno. Dentro de ese directorio se guardarán todos los archivos necesarios (de ellos nos interesan, en particular, los módulos que instalemos en el entorno y el script que lo inicia).
Es una buena idea tener en tu home un directorio donde agruparemos todos los entornos virtuales. En mi caso, en una escandalosa falta de originalidad, ese directorio se llama «virtualenvs».
Crear un entorno virtual es muy simple, del siguiente modo:
virtualenv DIRECTORIO-DEL-ENTORNO-VIRTUAL
Por ejemplo:
virtualenv nuevo-entorno
O, en mi caso, que estoy usando ese directorio llamado virtualenvs que ya he comentado para agrupar todos mis entornos:
virtualenv virtualenvs/nuevo-entorno
Al hacerse en espacio del usuario, ni la creación de un entorno virtual ni (como veremos más adelante) la instalación de paquetes en él, necesitan permisos especiales.
Esto crea el nuevo entrono en el directorio que le hemos indicado, creando en él una estructura de directorios, copiando allí el ejecutable de Python y otros archivos necesarios, e incluyendo algunos módulos por defecto (en realidad, la mayoría de ellos son enlaces simbólicos a los originales, a menos que usemos la opción –always-copy, que cambia este comportamiento).
Para que virtualenv nos dé más detalles durante la creación de nuestro entorno, podemos usar la opción –vervose (o -v en su versión corta):
virtualenv --vervose virtualenvs/nuevo-entorno
Si necesitamos que nuestro entorno virtual ejecute una versión concreta del intérprete de Python (que, lógicamente, debemos tener instalada en nuestro sistema), podemos indicarlo con la opción -p de este modo:
virtualenv -p /usr/bin/python3.5 virtualenvs/nuevo-entorno
Si no se indica la opción -p, se usará el intérprete en /usr/bin/python.
Una vez creado nuestro entorno virtual, necesitamos activarlo para poder usarlo. Para ello vamos a usar uno de los scripts que se han instalado por defecto al crearlo. El script necesario es activate, y se encuentra en el directorio bin que se ha creado dentro del de nuestro entrono virtual:
source mis-virtualenvs/mi-entorno-virtual/bin/activate
La orden source se encarga de ejecutar en la sesión de shell actual el script que se le pasa como parámetro (es decir, que el efecto es el mismo que si el usuario tecleara esas instrucciones en su consola) en lugar de en su propia shell, como se ejecutan normalmente los scripts.
Al hacer esto, el prompt de shell cambiará para indicar que se ha activado el entorno virtual, poniendo el nombre de este delante del prompt habitual, de un modo parecido a este:
(nuevo-entorno) usuario@host:~
A partir de este momento cualquier comando o script de python que se ejecute lo hará en el entorno virtual. Y, lo que es más importante, cualquier módulo que se instale (con pip, no con el gestor de paquetes del sistema) lo hará también en el entorno virtual y no afectará ni al resto de entornos virtuales que podamos tener, ni a la instalación de Python del sistema.
Naturalmente, esto se aplica sólo a la sesión en la que se ha activado el entorno virtual. Si abrimos otra sesión en otro terminal, por ejemplo, esa sesión tendrá el entorno de Python normal de nuestro sistema. Por supuesto, se pueden tener varios entornos virtuales distintos corriendo simultáneamente en diferentes sesiones sin ningún problema.
El comando deactivate desactivará el entorno virtual, volviendo al entorno normal:
deactivate
Cualquier módulo que se haya instalado en el entorno virtual se «desvanecerá» como si nunca hubiese estado ahí, hasta que se active de nuevo el mismo entorno virtual.
Para eliminar un entorno virtual que no queramos volver a usar, sólo es necesario borrar el directorio de su mismo su nombre con todo su contenido.
virtualenv es una herramienta muy útil que tiene otros usos más allá de lo que se comenta en este artículo. Se pueden ver más opciones de este programa en su propia ayuda:
virtualenv --help
¿Te interesa? Este artículo se ha escrito como parte del curso virtual Introducción al lenguaje de programación Python que se iniciará el próximo 24 de octubre. ¡Aún quedan plazas libres!
Para instalar una versión concreta del interprete de Python con venv cómo podría hacerlo?
Hola, para poder especificar el intérprete de Python en cada venv, puedes hacerlo con el siguiente código:
virtualenv -p python3
Donde python3 puedes cambiarlo por 2.6, 2.7, 3.5, 3.6, para ajustarlo a la versión de Python que necesites en tu proyecto.
(fuente: StackOverFlow)
Para crear un directorio virtual con un intérprete dado, por ejemplo con python3.8: python3.8 -m venv mivenv, donde mivenv es el ambiente que estás creando.